Cada día te
recuerdo más,
en el árbol, en la
tierra,
tras esa bandada de
pájaros.
Como el café
fuerte,
las secuencias de un
ayer,
dejaron un poso al
fondo
de la taza vacía.
Has dejado esa
huella
que se niega al
olvido.
Cada día más te
recuerdo
en los diminutos detalles
que llevan el aroma
de tu memoria.
Aflojar, desatar el
dolor
que hizo maraña
entre las sombras.
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