Mentira


Mentira de otra mentira,
en otra mentira engendrada,
y así en espiral,
engullida por la negrura
de la mentira que cubre
con tupido velo la gran farsa.

¿Qué importan nuestras
preocupaciones,
nuestros dolores o miedos?
Vivamos, pues, sin lucha.
Frente a sus avatares,
dejémonos llevar por sus
caprichos.
Pronto todo acaba.
¿De qué sirvieron tus enojos?

Duelen las heridas
como si de verdad fueran.
 
Cuando te hieran de muerte,
pide que sea breve la agonía,
o ríe, ríe a carcajadas,
por su macabra broma.

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