Convierte más olvido lo que fue
que lo que pudo haber sido.
La verdad va descubriéndose
tras el biombo del tiempo.
Enseña una pierna, un brazo.
Insinúa con artimañas
parte de su belleza.
Cuando parece que por fin
será dueña de tus ojos,
se esconde con risa maliciosa.
Si asoma parte de su rostro,
asusta tan sombrío el maquillaje.
Esas prendas van dejando
la blancura virginal de tul y seda
que a la luz son tejidos
opacos y mediocres.
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