Son tus manos y piernas
parte de un cuerpo igual al mío.
En tus facciones reconozco
a un semejante.
La tierna carne que vibró
al contacto del frío abismo
te entregó igual que a mí a esta tierra.
La existencia fortuita de un cosmos
regaba por igual todas las células
que germinó en este fruto.
Dicen las palabras y los gestos
que somos idénticos,
corre por tus venas el mismo río.
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