El tiempo tiene su tiempo

El tiempo tiene su tiempo,
la luz cegaba la vida, la piel contra piel,
el cielo –ay, el cielo–,
los pasos iniciados, sin prisa,
la mirada, la espera, la lucha
y el mundo desaparecía, solos tú y yo.
Ahora, sobrecargada las vísceras,
mueren lentamente los espacios
hacia el expectante recorrido de un futuro
que ilumina esos caminos farolas mustias y lánguidas
como pétalos de flores desfallecidos.

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