Una nueva luna llena ha regresado

Una nueva luna llena ha regresado,
inunda este cielo con su redondez
voluptuosa.
¿Por qué pareciéndonos distinta dama
tenemos con ella los mismos sueños?

Su blancura misteriosa nos subyuga
llevando nuestra fantasía
por vanas ilusiones.
¿Cuántas lunas con sus estrellas cayeron
sobre un mar oscuro al despuntar el alba?
Quedó deslucido el rostro de la amante,
con rastros de ojeras de una larga noche.
Abandonado el lecho amoroso,
quedó sobre la sábana del firmamento
el leve suspiro de su adiós
y su fragancia dulce flotaba en el aire.

Es su blanca luz destellos de un ayer,
tenaz lacayo de la esperanza
que entrega a su señora
el presente de los recuerdos
en un cofre con esmeraldas y diamantes.

Las noches con su presencia fantasmal
convierten brujas en diosas,
echando a la olla la pócima mágica,
una pizca de dolor,
un pedazo de tristeza,
la sangre agria del desengaño,
el hueso de alguna mentira,
las tripas de la pesadumbre.
Puesta toda la fe en el conjuro,
invocan al universo,
confiando que surta
el efecto deseado,
despejadas dudas y temores
en su claridad virginal,
que la musa de los anhelos,
cubierta de cándido y ligero tul ,
ofrezca su dones y gracias.

Por unas horas este sueño,
será nuestro engaño.
Roto el hechizo de vuelta la mañana
ante la soberbia de un sol,
nos despertará la loca realidad
convertidos en sapos
chapoteando en el lodo.

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