Cuando escribo olvido

Cuando escribo olvido
que hay relojes en la casa
y no veo que el cielo se oscurezca.
Cuando escribo no soy cuerpo,
ni alma, ni espíritu,
soy un ente sin nombre,
un personaje indefinido,
el cajón de trastos
donde están perdidos los trozos
deformes de algún objeto.
Este batiburrillo inservible
está por si acaso,
y con ello unos dedos torpes
crean una deformada escultura.
¿A qué precisa taxonomía
corresponderá,
en qué reino o clase incluirlo?
Este cajón es olvido del mundo
y, a su vez, el cosmos.
La vida se agarra a las frágiles
agujas del tiempo
y al final, el cuerpo reclama
su parcela y sus horarios.

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