Sin un quizá, la confianza
lograría alcanzar el sueño,
imaginar su paisaje,
dibujar el cuadro,
borrados el miedo y la duda,
vaciada de vano ego y codicia.
Cuando el alma espera
el simple alimento,
te lo entrega la vida.
Viene a tu mano su regalo
sin obstáculo,
sumiso,
generoso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario