¿Qué hace que uno se sienta de un lugar?

 ¿Qué hace que uno se sienta de un lugar?
Porque no basta nacer
ni tener el arraigo de la sangre.
No es menester tampoco
la cordial amistad de años,
ni siquiera los rostros reconocidos
por la calle.
¿Qué hace sentirse de un lugar?
Tal vez, la soledad amiga,
los aullidos de perros en la noche,
la herida que nunca cierra,
los zapatos odiosos,
la sonrisa que busca un abrazo,
el amor o desamor aprendidos,
sus cadáveres.
¿Qué hace sentirse de un lugar
cuando no se siente de ninguna parte
y el alma extraña el cuerpo que habita
como el ermitaño la caracola que no le pertenece?
¿Cómo encontrar entre las tinieblas
de la memoria
y las orillas de los presentes
ese huidizo paraíso?

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