Pasamos rápido este bosque

 Pasamos rápido este bosque
de apretada arboleda.
Desde este presente reconocemos que
fue arduo el camino
y ¡qué largo parece!
Creímos entretenernos en los detalles,
estirábamos los relojes y no vimos
el correr de los calendarios.
Ahora todo aquello se junta en un suspiro leve.

Hay tramos oscuros y abiertos claros.
Cuando el ramaje hace reverencia al cielo,
penetran en avalancha los rayos del sol.
Las hojas, antes pardas, tornan en verde brillante,
se enciende un resplandor diáfano,
albor de niebla, corona lunar,
día en la noche.
Cae desde el cielo una lluvia
de estrellitas amarillas.
El aire adquiere una cristalina transparencia
y el paisaje recobra su grandiosa belleza.
Lejos quedaron los temores,
las trampas y su gélida atmósfera.
Se esconden asustadas las sombras
tras los troncos con miradas esquivas.
Dios es compasivo, rasga la oscuridad
del denso bosque y vuelca la luz
de un firmamento infinito.

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