Opinemos todos:
la línea está torcida, recta,
ondulada, zigzagueada, diagonal, secante.
La línea está segmentada,
infinita, perpendicular, cortada,
tangente, paralela, superpuesta,
discontinua, quebrada, clara y difusa.
La línea es una raya,
marca en el espacio,
borrón sobre las letras,
coordenadas de abscisa y ordenada.
La línea imaginaria,
líneas que convergen o divergen,
líneas hechas punto a punto,
líneas dispersas fueras del plano,
líneas que señalan, subrayan,
tachan, enmarcan y encierran
sostén caligráfico, mapa y guía.
Líneas en cruz y encrucijada.
Línea oculta, fantasma,
central, repudiada, solitaria.
Líneas sólidas, finas y gruesas,
líneas que forman figuras,
dan volumen y área.
Línea luminosa, emocional,
normalizada, funcional, inútil.
Líneas radiales, elípticas, caóticas,
clandestinas líneas entre sombras.
Líneas mixtas, cerradas y abiertas,
profundas.
Líneas simbólicas, espirales, fractales,
predecibles.
Líneas infértiles, procreadoras,
fanáticas y cuerdas,
tan escrupulosas que ni se tocan.
Para opinar toda una gama geométrica.
Mi línea es rúbrica personalizada
sin patrón ni molde.
Prefiero la línea errática, crítica, curiosa,
compleja, la antítesis, la imperfecta,
aquella que mi boca modula
y pronuncia la palabra,
ese hilo salivar que produce mi lengua,
dendritas ramificadas de mi cerebro,
estrellas fugaces que recorren mi médula,
humor nutrido que vierte savia
a mis entrañas.
La línea
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario