Siempre es corto
el relato de la vida.
Aunque el índice
prometa muchos capítulos,
los ojos pasan distraídos
por sus letras
sin saber cuándo encontrará
el punto final.
A esta altura de la historia,
uno sabe que lleva
más páginas leídas
que por leer
y aunque cuando empezó
sin entender la trama
fue descubriendo en los signos
el argumento de una traición.
Tras la comedia
siempre se agazapa el drama .
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