Volviste a la eternidad
de donde viniste
y estos cuerpos que te añoran
envejecen sobre la tierra.
Nuestras retinas guardan
perfiles de tu rostro
y la memoria juega a capricho
entregando a retazos
difusos detalles.
Tus huesos se hacen polvo
en una tumba
que unas manos limpian
y llevan flores.
Este sueño es un relato
de cadáveres que velan fantasmas.
Somos pétalos marchitos
que el viento con su rumor
nos lleva con engaños
a yacer en el lecho de la nada.
Es la vida
y esta un efímera pausa.
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