Se oscurecen los colores de ese cuadro

Se oscurecen los colores de ese cuadro,
entre manchas se ocultan los detalles.
Qué apagado azul tiene su cielo
y sus nubes blancas parecen ahora
avecinar una tormenta.
En el valle, el verdor de un prado
cubierto de flores
son trazos opacos sobre un manto turbio.
El bosque que lo rodeaba
con su gama de verdes y ocres
y los dorados destellos
de unos rayos de un sol
a través de sus troncos
son ahora lanzas abandonadas
a la herrumbre de un lejano combate.
Las montañas del horizonte
son rocas grisáceas
y la nieve de sus cumbres
derretido rímel de unos ojos llorosos.
Recorría desde la ladera
un río lleno de peces,
sin embargo, es una línea pintada
a grafito sobre el lienzo,
hollín salpicado
sobre su transparente superficie.
Unos puntos marrones en esa senda
fueron antes peces de brillantes colores.
Surcaban el cielo de antaño
aves luminosas de alas plateadas,
hoy, pájaros de mal agüero.
¿Nada se salva en este viejo cuadro?

Ni una silvestre flor guarda su encanto,
el tiempo ganó su pulso,
el curso de la vida todo lo transforma
en deteriorada belleza.
¿Por qué ruin razón el polvo
todo lo empaña y degrada?
¿Qué quedó de aquella estampa hermosa?
En su fuego se ha quemado
y convertido en cenizas
la fe de un sueño.
 

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