Anhela el espíritu el silencio monástico,
la calma de su claustro
donde borbotea una fuente
que da de beber a pájaros e insectos.
Entre aromas de azahar de los naranjos
estallan los colores de hermosas flores.
La soledad,
el retiro del alma del mundo
es este universo.
Pasan suaves las horas y los días,
inundados de soles y lluvias.
Quiere el corazón el olvido del dolor
y la muerte,
dejar escapar los suspiros,
desde la profundidad del alma,
verter la inmensa paz.
Lejos abandonar las voces
que claman vida efímera,
por este vivir de tiempo eterno.
Anhela el espíritu el silencio monástico
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario