Yo no soy este cuerpo,
la voz que habla,
el rostro que miente.
Yo no soy la cáscara
de ningún fruto,
ni dueña de mis acciones.
Esto que veis con
los ojos que miran,
yo no soy.
Yo no soy y no sé qué soy,
por no ser, no soy ni yo.
Si encuentro en este camino
hechos concretos,
indicios que den respuesta
a este interrogante,
entonces,
podré unir los tiempos, los recuerdos,
a esta imagen que es materia
y sobre el espejo reverbera
sus contornos.
Una biografía con
sus elementos
de singular propiedad,
documentadas fechas y evidencias
gráficas
de un entregado destino.
¿Es esta realidad préstamo?
Si este que no soy
¿qué apariencia lo habita?,
¿a qué ser contiene?
Tan inefable e indeleble
esencia
ha tomado asiento
en la tierra permeable
de la mente,
y en su pensar de lógica impuesta.
Yo soy, si es que soy algo,
aquello que va más allá
de la superficie.
Desprenderá su velo
cuando la muerte rasgue
la fina piel de la vida
y salga la crisálida o gusano
que esconde.
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