Tú, secreto del mundo,
la única voz,
la verdadera palabra,
susurrada, rogada,
suplicada al cielo.
Devuelto destello sin completa forma,
deforme sombra forjada
por una luz confusa.
Nunca recogeremos del fondo
de este río
la claridad tragada.
Pescaremos por error peces
que no son gratos para nuestro paladar.
Y cómo extraer de la letra
borrada lo escrito,
el eco diluido en la distancia.
No le importa hacerse entender
este hablante,
conoce el mal oído
de sus oyentes.
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