Seguirá la fuente
con su continuo rumor
aún en la noche oscura.
Luna llena de cristal
y destellos de infinitos soles.
Ojos ciegos de su presencia
y vacío de su dulce eco.
El tiempo, eterno y fugaz,
guardará todas las voces y murmullos.
Ceñida por los altos muros,
quedará en el recuerdo
su sencilla y solemne figura,
memoria y olvido de nuestros pasos.
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