Desprenderse de sí


Desprenderse de sí y encontrar el punto exacto
entre las coordenadas de posibilidades
en este espacio infinito.
Ser y estar libre de todo temor
de la angustia del fracaso.
Situarse en esa burbuja de satisfacción,
saciar al estómago con las ansias de los deseos
y llenarlo de los manjares que nos hacen salivar.
Hallar el bienestar entre los límites impuestos
de nuestro cuerpo físico.
Mirar atrás y reconocer tus imperfecciones,
los descuadres entre lo aceptado y detestable

Un extraño que siempre observa desde el pasado
marca en la pantalla allí donde fallaste.
Son errores que uno inventó para sí mismo
de igual modo que soñó con las virtudes sustituibles,
el traje que se ajustara como un perfecto guante
para recrearnos no sin cierta vanidad y orgullo
frente al espejo mágico donde coincidir
nuestros actos con sus proyectos
respondiendo al milímetro el programa
que dibujó la imagen sonriente
del héroe que alcanzó su propia cima.


Equivocarse una y otra vez,
volver a sufrir por las mismas heridas
y no conseguir una noche de alivio
ni una mañana de epifanía.
Sin salir ileso ni limpio como de un baño en el río,
sino manchado del lodo de su fondo oscuro,
pegado a la dermis como una capa más de piel.
Mientras el reflejo convulso de su superficie
remueve las aguas de tu memoria
mostrando el rostro de un monstruo
de aspecto deforme e insoportable
que camina contigo.
Impedido para volver la cabeza sin ver tu propia espalda,
como eterno Sísifo,
ese eres tú, sin engaños ni artilugios.

Renovada la esperanza con alardes,
anhelas siempre su roce y sin embargo,
tan escurridizo pez desaparece.
Escapa la presa creando tu prisión.
Desamparado quedas en esta lucha agónica
sin el equilibrio jamás de su recompensa,
solo la tristeza será el fiel invitado
que acude presto al desastre.
Acerca su gentil mano
y te confiesa
que no habrá jabón que elimine
la mancha de dolor en tu maltrecho ropaje.
Recogidos todos los residuos de tu camino,
recompusiste prendas y cabellos.
Tal vez imaginaras que abandonando peso
eliminabas carga y, al recomponer
ciertos cambios en el mapa,
darías con el refugio prometido.
Pero no encontraste más sombra que la tuya.

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