¿Cómo vas a ofenderte
si la vida te dio
lo necesario para vivir?
Órganos que sienten,
ojos con corazón,
piel para el dolor
que también se estremece
ante el frío y la caricia.
Pasión que en el hígado
destila la hiel de la ira,
boca que arde en deseo
y olfatea el placer
del sexo y la fruta.
Dos brazos,
dos piernas,
un cuerpo que existe
porque una cabeza
lo delimita.
¿Cómo vas a ofenderte y exigir
cuando la vida,
inesperada, tuerce a capricho
la balanza donde equilibra
positivo y negativo, suma y resta,
como arden hielo y fuego
en perfecta armonía?
Así administra la vida
los movimientos
cotidianos y los fortuitos
y arriesga a la aventura
hacia el pronóstico idóneo.
Con tener lo preciso
date por satisfecho.
Eres un privilegiado
si despiertas cada día
con el principal rudimento,
la conciencia del sí.
Descorre la cortina
que echó la noche
en tu estancia y lánzate al mundo
a cumplir con tu destino.
Lo necesario
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