El aire está suspendido
sobre las nubes.
Hay silencio y quietud
en este jardín de flores
frágiles y pálidas.
Impávidos permanecen
sus finos tallos,
ni un pétalo se mueve,
es un instante eterno.
No son las calles
hermosos campos
de ordenado cultivo,
adecentadas sus lindes y surcos.
Se posan en tierra
sin rodar ni alzar su vuelo,
papeles y bolsas de plástico.
Aparcados por los rincones,
sobre adoquines,
ceñidos a un árbol o farola,
quedan nuestros desperdicios.
El paisaje pétreo, recibirá
mañana la suave brisa.
El agitado viento
removerá su lodo,
lo cambiará de sitio.
El aire está suspendido
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