Se cansan las agujas del reloj

Se cansan las agujas del reloj
de dar los mismos pasos.
Segundo a segundo,
horas tras horas,
de días hacia el mañana.
Cansan las pautas
de un pentagrama con notas repetidas,
soportando pausas y silencios
por una melodía que sube
y baja de intensidad
hasta el final estallido
de platillos y bombo,
con un tachán rotundo.

Se cansan los pies
de hacer el mismo camino,
de ir a salto de mata,
siempre con la sombra
pegada a sus talones.
Tanto cansancio merece
el eterno descanso.
 

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