El zureo de las palomas en los tejados,
nana de dulce abandono.
Construyen nidos entre las tejas,
pasean con su gráciles andares,
una detrás de la otra
como dos enamorados.
Amalgama de trinos,
gorjeos, graznidos y arrullos
siembran el aire
de apacible sosiego.
El mundo, animal dócil,
mientras duerme
da al despertar
grandes mordiscos.
Las tardes del año,
lánguidas horas vestidas
de variado perfume,
de hojas secas,
de fuertes aguaceros,
de sopor de siestas,
de brisa ardiente,
se llenan de ocaso.
El zureo de las palomas en los tejados
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