No se pudo contener la ola
que arrasó esta orilla,
dejaba el sabor salado
sobre su arena,
depositó los guijarros
hundiéndolos en sus entrañas.
Volverán al mar con otra ola,
y cerrará la herida
la caricia de su espuma.
Será un descanso breve,
un olvidado suspiro,
el beso borrado de unos labios.
Pronto subirá la marea,
romperá con bravura en la playa,
morderá la roca,
clavará con rabia sus dientes
y hará silencio de aquel susurro
el fragor de su oleaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario