Digamos del recuerdo

 Digamos del recuerdo:
hechos ocurridos en un pretérito
imperfecto o perfectivo.

Digamos del recuerdo:
escenas que la mente consciente humana
mantiene a lo largo de un tiempo
determinado.

Digamos del recuerdo:
traer al presente, revivir
lo ya caduco o fenecido.

Digamos del recuerdo:
asunto sostenido por un discurso
verbal o no verbal,
en base a unas partículas combinadas
de realidad con imágenes,
atribuidas por el sujeto
con objetiva lógica ,
a través del mundo
sensible y conceptuado
con un poso de acervo atávico.

Digamos del recuerdo:
mezcla de una verdad relativa
con adherencias interpretables
de un ser particular y único
que sensorial e intelectualmente
capta sensaciones visuales,
auditivas, olfativas, táctiles,
asocia un sabor la boca,
al masticar el alimento
o escupe por rechazo
y hasta salive, por un pensar.

Digamos del recuerdo:
situación evocada junto
a un contexto físico
temporal, de frío o calor,
circunstancial y preposicional
así como complementada
la acción de modo directo
o indirecto,
con cierto orden y sentido.

Digamos pues del recuerdo:
que es algo que ya no existe
pero sigue existiendo,
quizá, con mayor fuerza aún
que el mismo instante
en el que fue parido.
Tan crecido que supera
en altura a su progenitor.

Digamos del recuerdo:
fantasma, monstruo, dócil
corderillo o cruel depredador
que se gesta en cálido útero
y engendra su propia mentira.
Pequeño psicópata
que se morderá a sí mismo,
comerá su propia carne,
cada día más fuerte,
dañino y destructor.

Digamos del recuerdo:
que, por exceso de gula
o falta de apetito,
quedó reducido a la fantasía
o al olvido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario