Locos aúllan desde los altos edificios
con ventanas sin rejas
donde quedan atrapados
sus sueños y vuelan libres los ecos,
cuerpos que se rompen en el vacío.
Cuando todos duermen,
salen de puntillas los lamentos,
bajan las escaleras, abren el portal
y se confunden entre maullidos
de gatos por las calles.
En las noches
todos los lamentos son pardos ,
solo los insomnes los distinguen
en sus desvelos .
Es fácil errar entre maullidos y gemidos
todo se convierte en ruido sordo
que nadie atiende.
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