Espera el peregrino bajo cobijo
a que pase la tormenta.
Se dejó mojar por la suave lluvia
pero arreció en este fuerte chaparrón.
Mira el cielo cubierto de nubes,
por algún resquicio
se cuela un rayo de sol.
Espera paciente y se desespera,
vienen oscuros nubarrones desde el mar,
avanza su negrura tirada
por las riendas de un viento helado.
Espera el peregrino la promesa del dicho,
tras la tempestad viene la calma,
y pueda reanudar su camino
para descubrir hermosos parajes.
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