de nuestro destino,
seguimos un mismo
mapa,
el de la vida,
con trayectos marcados.
Algunos deciden
saltar
las invisibles
vallas,
los más atrevidos,
exiliados del mundo,
los que huyen,
a veces de nadie,
en eterna búsqueda.
Descubrir espacios
nuevos,
extenderse más allá
de la cuna,
abrir paso en la
estrechada
vegetación,
romper el himen de
la tierra.
Quiere el espíritu
volar
hacia una región
prometida,
soltarse de la
columna del tronco,
cortar las
retorcidas redes
que lo anclan,
arrancar las raíces,
desgarrarse,
para alcanzar
ese algo que se
presiente,
aunque no exista.
Tomaremos distintos
itinerarios
mas la muerte, cual
imán
nos atrae,
al hogar del que
vinimos.
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