Tu rostro

para Leonor Izquierdo


¿Cuál pudo ser tu rostro
a través del implacable tiempo?
¿Qué luz de tus ojos se apagaría,
cambiando blanco nácar
por gris ceniza en las corneas
que devoró injustamente la muerte?

En tu boca impúber debieron nacer flores
y no ser fuente de larvas.
Esa sonrisa velada por tímidos labios
habría perdido su turgente finura y belleza,
al igual que tus mejillas de suaves óvalos
terminarían por convertirse
en pétrea calavera.

La vejez habría dibujado
surcos en tu semblante,
esculpiría mandíbulas angulosas,
labios consumidos,
ojos empañados.
Los años adornarían
la marcada cabellera negra
de tu infantil cabeza con una triste corona
de endebles hilos grisáceos.

Una imagen impropia
de tu cuerpo de niña.
El negro traje de desposada
al estrecho talle
ciñó con encajes de luto
tu juvenil figura.
Esas tiernas manos
que ocultaban guantes de tul
el invierno las convertiría
en sarmientos secos
cubiertos de escarcha.

Fuiste aleteo de mariposa tan liviano
como arcoíris fugaz,
apenas rozaste la primavera.
Cayeron al polvo del camino
tus frágiles alas de rocío
que el amor con tan efímero abrazo
dejó en sus pétalos mustios.

¿Qué líneas hubiera diseñado
ese tiempo injusto
en la natural belleza
de tu adultez temprana?

¡Tan breve espacio
para tanto olvido!

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