Se ha vaciado el
aire de voces,
cae la calma sobre
el cuerpo,
acaricia el sol los
espacios
con sus rayos
benévolos.
Un arrullo de
palomas
viene desde los
tejados
a contagiar de
reposado ritmo
nuestro fatigado
ánimo.
Revive en la memoria
la huella indeleble
de una dulce dicha.
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