Y si se niegan las palabras
a brotar de la agotada fuente,
cubierta de óxido y hojas podridas,
enmudezca su boca y tape el desagüe
con lodo endurecido hecho roca.
Y si, acabada su singladura,
esta embarcación queda abandonada
en dique seco,
olvide la memoria de travesías
por un inmenso océano ignoto,
surcado a oscuras,
llevada por el viento y las olas
a lugares insospechados.
Desolado armazón de hierro
destinado al desguace,
quedará el vacío de su bodega,
la cubierta solitaria
será abatida por el tiempo.
La ira de vendavales
arrancará sus mástiles,
rasgará su lona ,
quedará deshabitada su torre vigía,
su madera carcomida,
convertida en serrín.
En el fragor de la lucha
se llenaban los espacios
de voces entregadas
a la aventura arriesgada y hermosa,
la emoción intensa
al descubrir nuevas islas.
En su desierto aullarán los ecos,
el desaliento de un corazón,
silenciado su latido,
agujereados los rincones
donde se refugiaban los enseres
de agitadas mareas.
Y si se niegan las palabras
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