Cómo cambia el espacio
el paso lento,
dejar el movimiento perezoso
sobre manos y piernas,
permitir el suave fluir del aire
recorriendo tu cuerpo despacio,
letra a letra decir la palabra
o quizá callar
y que hable el silencio
que mejor se expresa.
Tener atento el oído,
sin ajustar los tonos,
ni atender a acostumbradas notas,
dejarse llevar sin resistirse,
permitirle a la vida que se abra
sin forzar la puerta.
No usar sortilegios,
ni inventos, ni consignas.
Si tienes ojos, mira sus detalles;
si tienes olfato, huele sus aromas;
si tienes piel, déjate acariciar
por sus delicados dedos;
si tienes tímpano, escucha su melodía;
si tienes papilas, saborea sus almíbares.
¡Entrégate, pura esencia,
sin condiciones!
Cómo cambia el espacio
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