Aunque buscamos que nos quieran

Aunque buscamos que nos quieran,
amamos más nuestras soledades,
andar descalzos y desnudos
por la casa,
hablando con nosotros mismos
o en silencio,
cantar a todo pulmón,
improvisada torpe bailarina,
reír sin motivos,
llorar a conciencia,
sentir la temperatura de las cosas.

Los otros soy yo,
quizá yo sea de los otros.

Me acostumbro a este paso
y me cuesta seguir los ajenos.
Confunde la soledad
a los extraños y yo,
como pez en esta pecera,
soy feliz.

No es huida del mundo
es que hallé mi planeta.
Defino mi ser sin intención
de provocar daño a su órbita.

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